John McClane: [Getting out a pack of cigarettes] Do you smoke?
Hans Gruber: [while mimicing a hostage] Yeah.
[McClane hands him the pack of cigarettes]
Hans Gruber: Thanks. Now, you don't work for Nakatomi, and you're not one of them.
John McClane: I'm a cop from New York.
Hans Gruber: New York?
John McClane: Yeah. I got invited to the Christmas party by mistake. Who knew.
[laughs]
John McClane: Better being caught with your pants down, huh? I'm John McClane, and you are?
Hans Gruber: [Quickly thinks of a name which he got from a nearby Bulletin board] Clay. Bill Clay.
John McClane: [Takes out his handgun] You now how to use a handgun, Bill?
Hans Gruber: I spent a weekend at a combat ranch. You know where they shoot red paint, but it sounds stupid to you.
John McClane: Well, time for the real thing, Bill. All you gotta do is pull the trigger.
John McClane: ¿Fuma?
Hans Gruber: Si
Hans Gruber: Gracias. Usted no trabaja para Nakatomi y tampoco es uno de ellos (los 'terroristas')
John McClane: Soy un policía de Nueva York
Hans Gruber: ¿Nueva York?
John McClane: Si. Me invitaron a la fiesta de navidad por error. Quien lo creyera.
John McClane: Mejor ser atrapado con los pantalones abajo ¿eh? Soy John McClane, y ¿usted es?
Hans Gruber: Clay. Bill Clay.
John McClane: ¿Sabe como usar una pistola Bill?
Hans Gruber: Pasé un fin de semana en un rancho de combate. Es donde disparan pintura roja, pero debe le debe sonar estúpido.
John McClane: Bueno, llegó el momento para algo real, Bill. Todo lo que tiene que hacer es halar el gatillo
En los ochenta, la época del Blockbuster iniciada por Spielberg y Lucas en la década anterior, ofrecía sus más grandes bazas. El cine se pobló con películas de acción a raudales, en donde pululaban héroes hipermusculados que enaltecían los valores más patrióticos y conservadores. Por esta razón, una película como Duro de matar (Die Hard, John Mactiernan 1988), se constituyó en un hito, al subvertir los clichés del género y plantear una estimulante temática a contracorriente del espíritu de los tiempos imperante.
Curiosamente, la película estaba planteada inicialmente como una secuela de Comando (Commando; Mark L. Lester, 1985), pero gradualmente las modificaciones a lo largo del proceso de preproducción, dieron lugar a la historia correcta, con el director correcto y el actor correcto; situación irónicamente opuesta al argumento básico del filme: "the wrong guy in the wrong place at the wrong time." (el tipo equivocado, en el lugar equivocado en el momento equivocado). Todos estos ingredientes resultaron en una tormenta perfecta que permitió producir una película magistral, exitosa a nivel de taquilla (140 millones a nivel mundial) y crítico (92% en Rotten Tomatoes).
Impacto para los participantes de la película
El género de acción le debe bastante a John McTiernan; la acción con el ritmo adecuado y las historias envolventes caracterizaron sus inicios. Si bien su primera película Nómadas (Nomads, 1986 ), no fue un éxito económico, mostró los puntales de la capacidad de este director. El pináculo de la carrera de John McTiernan está demarcado por una triada de películas consecutivas que le valorizó en Hollywood. Inició con Depredador (Predator, 1987), pasando por la película tratada en este artículo (Die Hard, 1988), para culminar con la Caza del Octubre Rojo (The Hunt For Red October, 1990).
Si bien dirigió otras películas estimables como Duro de Matar: con una venganza (Die Hard: With a Vengeance, 1995) y El caso de de Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, 1999), su carrera no alcanzó las cotas de reconocimiento que tuvo con las tres películas mencionadas. Sin embargo, vale decir que dirigió dos cintas que fueron injustamente subestimadas: la malinterpretada El último héroe de acción (Last Action hero, 1993) y la infortunadamente conflictiva tras bambalinas El Guerrero Número Trece (The 13th Warrior, 1999).
A nivel personal McTiernan estuvo involucrado en un lío jurídico, relacionado con escuchas ilegales y estuvo en la cárcel 328 días, siendo liberado el 25 de marzo de 2014. Actualmente, según la IMDB, se encuentra involucrado en la preproducción de la película Red Squad.
Para Bruce Willis, Duro de Matar fue su salto a la Lista A de Hollywood. El masivo éxito económico y crítico de la película, le dio un impulso definitivo a su carrera que hasta entonces, estaba basada en la serie de televisión Moonlighting (1985 - 1989), así como su participación en cintas de modestos resultados. Dado que el análisis de su carrera ya fue realizado en el artículo sobre otra película disruptiva, basta decir que en relación con la saga de Duro de Matar, las dos primeras secuelas también le representaron éxito y reconocimiento; la cuarta película de la saga (Live Free or Die Hard, Les Wiseman, 2007) se consideró un éxito menor y la quinta parte (A Good Day to Die Hard, John Moore, 2013) fue un varapalo en toda regla.
¿Por qué es una película disruptiva?
La dirección: el pulso narrativo de McTiernan ya mostrado en Depredador eclosiona en Duro de Matar y cimenta su carrera como director en el género de acción. La tensión gradual con la que la narrativa se va desarrollando, permite que la película no sea un cúmulo de escenas con tiros y violencia gratuita, sino que logra una identificación realmente empática con el protagonista para que le acompañemos en sus vicisitudes.
Todos los personajes tanto principales como secundarios, tienen su oportunidad de brillar y contribuyen a que el ritmo vertiginoso presentado no decaiga. Además, es acertada la introducción de elementos humorísticos que se mezclan convenientemente con la acción. También hay lugar para diálogos sobresalientes que amplían las motivaciones de los personajes y contribuyen a justificar sus acciones.
El personaje protagonista: en los ochenta los héroes de acción estaban tipificados por las películas de dos actores: Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger; héroes rudos, parcos y abundantes en excusas para halar el gatillo. Por supuesto, su éxito género gran cantidad de emuladores y sosías; Chuck Norris, Jean Claude Van Damme y Steven Seagal principalmente, aprovecharon la tendencia del momento y protagonizaron héroes de acción con características similares, lo que resultó muy adecuado para su capacidad interpretativa.
Por esa razón, John McClane es un héroe de acción atípico para la época. No basa su peligrosidad en su capacidad física, sino en su ingenio. Además, su locuacidad es un dolor de cabeza para los villanos y son hilarantes al mismo tiempo que tensos sus duelos verbales con Hans Gruber. Un elemento importante también extraño para la época, es que el héroe de acción interpretado por Willis, se muestra vulnerable y vemos constantemente como hay un deterioro físico causado por sus acciones y enfrentamientos. Hay sangre, sudor y lágrimas. Sus victorias son sufridas y en algunos casos la suerte está de su lado, sin que ello demerite su capacidad de supervivencia.
Es difícil que este personaje lo hubiera podido interpretar otro actor del género acción de esa época, lo cual es irónico dado que en principio, el papel iba a ser para Schwarzenegger, en donde se supone encarnaría nuevamente su personaje de John Matrix. El carisma de Willis es un elemento esencial que contribuye al éxito de la película; su interacción tanto con el Sargento Powell como con Hans Gruber, demuestran que esta no es una película de acción como cualquier otra. Sus pretensiones van más allá y logran exitosamente su objetivo. No es casual que esta película haya generado cuatro secuelas; es simplemente un testamento de lo que un héroe como McClane ha generado. Mil veces imitado pero definitivamente, jamás igualado.
El villano: hay una máxima del cine que dice que una película es tan buena como lo sea su villano y en este caso esa máxima se cumple con creces. No es casual que el personaje de Hans Gruber interpretado por Alan Rickman esté considerado como uno de los 50 mejores (o peores en este caso) villanos de la historia del cine. No solamente es frío y enfocado, también es tan ingeniosos como para engañar a sus adversarios (la policía, los federales, los medios y el mismísimo McClane) y lograr que sigan su plan. La película es explícita en demostrar que Gruber y sus hombres hubieran tenido éxito fácilmente de no ser por un elemento totalmente impredecible e imposible de evitar con antelación: McClane.
Emuladores, clones y sosias
Si algo ha caracterizado a Duro de Matar, es el haberse convertido en una "plantilla argumental" y casi un subgénero del cine de acción. En los pitch (descripciones) con los que se pretende lograr la financiación de una película, se volvió común escuchar: It's like Die Hard in... (Es como Duro de Matar en...) y viene después el sitio donde tomará lugar la acción (Un coliseo, un barco, un tren, la Casa Blanca, un avión, Beverly Hills... y la lista continúa... y continúa...). Por esta razón esta cinta es realmente disruptiva; no solamente rompió con los esquemas argumentales de la época, sino que genero toda clase de imitadores, con mayor o menor (mucho menor en algunos casos) calidad.
Emuladores: En esta categoría me atrevo a proponer a las dos primeras secuelas como emuladores. Si bien ambas pierden frescura al estar basadas en la primera y original, logran emocionar y aportar a la saga. En el primer caso, Duro de Matar II (Die Hard 2: Die Harder, 1991), porque mantiene el nivel de acción, si bien argumentalmente no tiene el mismo impacto que la primera. Dirigida por Renny Harlin, fue también un éxito de taquilla (superando incluso a la original), que contribuyó a recuperar el bajón que Willis había tenido con Hudson Hawk (Michael Lehmann, 1991) y La Hoguera de las Vanidades (The Bonfire of the Vanities; Brian De Palma, 1990).
En el segundo caso, Duro de Matar con una Venganza (Die Hard: With a Vengeance, 1995), porque amplía el argumento y encuentra un enfoque novedoso sin perder un ápice de la acción. McClane ya no debe enfrentarse a sus adversarios confinado a un espacio (a no ser que se considere a Nueva York como un espacio cerrado), sino que poco a poco debe primero actuar reactivamente, frente a las exigencias del Villano y posteriormente tomar la iniciativa, acompañado de Zeus (interpretado por Samuel L. Jackson), para arruinar los planes de Simon Gruber. Es evidente la mano de McTiernan, quien toma nuevamente la dirección usando un guión pensado originalmente para otra película (cuyo titulo hubiera sido Simon Says) y lo adapta eficazmente a la mitología de Duro de Matar.
Un caso de emulador, que si bien no es una replica exacta, si tiene elementos en común con Duro de Matar, es Mi Pobre Angelito (Home Alone; Chris Colombus, 1989). Veamos: el protagonista, en este caso un niño, es la persona equivocada, en el lugar equivocado (por culpa de sus padres), en el momento equivocado ("coincidencialmente" ambas cintas comparten el desarrollarse durante navidad). La cinta por supuesto tiene abismales diferencias respecto de la protagonizada por Willis; sin embargo, no deja de ser curioso que parta de una premisa argumental similar, aunque en clave de comedia. Es un emulador, porque en si misma es una magnífica película, que desafortunadamente desencadenó una serie de secuelas progresivamente inferiores.
Clones: la década de los noventa está plagada de clones de Duro de Matar. Como lo mencioné anteriormente, la historia básica de la película fue utilizada para que con la misma estructura, solamente se modifique el lugar de la acción. Por esa razón, en la década de los noventa e incluso recientemente, se sigue reciclando la premisa argumental de esta seminal película y por esta razón tenemos a Duro de Matar en...
Un avión (en donde el "McClane" de turno es el mismísimo Presidente de los Estados Unidos)...
En un coliseo (con un bombero capaz de dar patadas voladoras)...
Un barco y un tren (porque un cocinero también puede estar en el lugar equivocado en el momento equivocado... ¡dos veces!)...
En una montaña ('Sly' se apunta a la moda McClane como un experto en alpinismo con trauma incluido)...
Y más recientemente, de manera casi simultánea en la Casa Blanca...
Sosías: Son tantos y tan variados los sosías de Duro de Matar que sería un trabajo no solo extenso sino inútil, teniendo en cuenta que ya otros han hecho esa desagradecida labor. La página IGN encuentra no menos de 20 películas que han tomado la estructura de Duro de Matar y las categorizan de acuerdo a su calidad (acorde al criterio de ellos). De acuerdo o no con la lista, lo cierto es que Duro de Matar se convirtió en una fuente inagotable de copias que aún hoy sigue generando emuladores, clones y sosías.
Parodias:
Vale la pena mencionar también una parodia de Duro de Matar creada por Ben Stiller cuando realizaba The Ben Stiller Show (1990-1993) y que además de ser desopilante es casi premonitoria, por cuanto la última película de duro de matar (Another Day to Die Hard, 2013), es casi una parodia de la saga, aunque claramente no tan exitosa como el sketch (corto) de Stiller: