La música como fuente de esperanza o elemento alienador: Begin Again (2014) y Whiplash (2014)

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Recientemente se estrenaron dos dramas cuyo eje central es la música. Sin embargo, dichas películas se encuentran en las antípodas de lo que significa la música para los personajes y la trama. Tanto en el tono como en el comportamiento de los personajes alrededor de la música, estas películas no podrían ser más disimiles. Por esto es interesante reflexionar acerca de como las artes, en este caso particular la música puede significar tanto en nuestras vidas, convirtiéndose en una de las cosas más importante de las cosas menos importantes. Puede ser fuente de esperanza, motor para salir adelante o una herramienta de obsesión alienante.

BEGIN AGAIN: La música como fuente de esperanza

Dan: That's what I love about music.

Greta: What?

Dan: One of the most banal scenes is suddenly invested with so much meaning! All these banalities - They're suddenly turned into these... these beautiful, effervescent pearls. From Music.

Dan: Eso es lo que me encanta de la música

Greta: ¿Qué?

Dan: Una escena de lo más banal de repente ¡Se llena de mucho significado! Todas esas banalidades son de repente convertidas en esas... esas hermosas, efervescentes perlas. De la música.

En el caso de Begin Again (John Carney, 2014), la cinta narra en su etapa inicial, la historia de dos "perdedores" que han fracasado en su intento por convertir a la música en un modo de vida. De un lado está Gretta James (Keira Knighley), novia de un exitoso cantante pop (Adam Levine) acompañándole en su vertiginoso camino a la fama, hasta que este le confiesa un episodio de infidelidad. Desencantada, le abandona y no parece motivada para avanzar en su carrera musical. 

Paralelamente, Dan (Mark Ruffalo) es un productos musical que no vive sus mejores días. Su gusto musical no es acorde a las tendencias imperantes de la cultura popular y por ello desprecia potenciales contratos lucrativos. Por supuesto, la película tiene su "momento mágico" cuando casualmente James se sienta en la barra de un bar a beber; al mismo tiempo. de manera reticente Gretta sube al escenario de ese bar a cantar una canción de su autoría. La escena es magnífica en mostrar el efecto gradual que tiene la voz de Gretta sobre James y al mismo tiempo, presenciar el talento de él como productor musical, acompañando con su mente los arreglos musicales que enriquecerían el sonido y la canción. 

Lo que sigue en la cinta es la descripción de como la música se convierte en una herramienta de redención tanto para Gretta como para James. En el caso de ella le brinda independencia de la influencia de su ex novio, libertad y sobre todo confianza; en su talento y en su capacidad. Para James esta nueva oportunidad que surge de realizar una producción musical con Gretta, sirve como elemento que le motiva,  le traza un objetivo y le proporciona resiliencia; de manera indirecta también contribuye a mejorar las relaciones con su ex esposa (Catherine Keener) y a empatizar con su hija (Hailee Steinfeld) que inicialmente se mostraba distante.

Un elemento a resaltar en la película es que no busca unir de manera forzada a los dos personajes; no pretende crear una atmósfera romántica que al final los termine emparejando. Simplemente, muestra como para ambos, la música les ayuda como catarsis y  herramienta que sana sus corazones resquebrajados por la decepción. El punto culminante que ilustra este punto llega cuando graban la última canción de la producción y es notable la motivación y emoción que los dos experimentan. Están compenetrados en una armonía que se refleja en su interpretación y contagia a quienes les ayudan en la interpretación musical.

WHIPLASH: La música como obsesión alienante

Terence Fletcher: There are no two words in the English language more harmful than "good job".

Terence Fletcher: No hay dos palabras más dañinas en el idiona inglés que "buen trabajo"

Whiplash (Damien Chazelle, 2014) narra la historia de Andrew (Miles Teller) un estudiante de música, quien interpreta la batería. La cinta inicia mostrándolo como un estudiante aplicado que busca mejorar constantemente a través de la práctica del instrumento. Su aparente gran oportunidad llega cuando el reputado profesor y director de una banda de jazz Terence Fletcher (J. K. Simmons), le escoge para formar parte de su ensamble, inicialmente como baterista suplente. 

Lo que inicia siendo una historia de superación acerca de como la tenacidad y perseverancia proporcionan la esperada recompensa, va mostrando escena tras escena que la virtud cobra un precio. Quizás demasiado alto. En una de las escenas clave de la película, el profesor Fletcher insta de manera afable a Andrew a sincronizar su tiempo con el de sus compañeros de banda; sin embargo,  el punto culmen de la escena viene cuando Fletcher visiblemente exasperado arroja una silla a Andrew y le increpa cuestionando si estaba retrasándose o adelantándose en relación con el ritmo de sus compañeros. Andrew se muestra desconcertado y balbucea que no está seguro; esto desencadena una diatriba de Fletcher hacia Andrew que culmina con el último llorando en una mezcla de impotencia y agobio.

La virtud de la película estriba en que no es simplemente la historia de un buen muchacho que debe pasar adversidades y enfrentarse a un villano que le presenta obstáculos para finalmente alcanzar el éxito en el objetivo que se trazó y recibir el inexorable reconocimiento. Chazelle, va más allá y logra sembrar la ambigüedad suficiente en los personajes para que empaticemos en algún punto con ellos, pero también  tengamos incomodidad acerca de lo que quieren y los medios que utilizan para obtenerlo.

En el caso de Andrew, si bien inicialmente se muestra como un estudiante que busca la excelencia musical, en momentos claves se nos muestra como alguien con elementos de su personalidad casi sociópatas Por ejemplo en la cena con sus primos, si bien en la conversación tanto sus tíos como sus primos subestiman tácitamente los logros de Andrew, sobre estimando los de sus primos, Andrew es brutalmente explícito en mostrar desdén por lo que sus primos han alcanzado y de alguna manera justifica el colapso personal (en el ejemplo de Charlie Parker), si eso implica alcanzar la inmortalidad artística. 

Más adelante prefiere terminar la relación que apenas iniciaba con Nicole (Melissa Benoist), argumentando que para alcanzar la perfección no podía tener ningún tipo de distracción, incluyéndola a ella. Posteriormente, cuando trata de retomar las cosas, se da cuenta que ese puente ya se quemó y ya no tiene posibilidades.

Hay adicionalmente una escena cuyas intenciones son ambiguas para el espectador; es el caso del momento en el que aparentemente Andrew aún en calidad de baterista suplente, pierde las partituras minutos antes de iniciar el concierto lo que impide que el baterista titular pueda tocar. Es por supuesto, hilar demasiado fino en las verdaderas intenciones de Andrew, pero es diciente que las escenas anteriores le muestren ensayando con una disciplina rayana en la obsesión que le permite tocar su parte de memoria, relegando a su compañero.

En el caso de Fletcher, es claro que su actitud dictatorial e imponente provocan inicialmente incomodidad. Esta sensación es exarcerbada cuando vemos que también se presenta como manipulador, hipócrita y cruel. Sin embargo, Chazelle muestra un aspecto vulnerable de él cuando una vez despedido, se encuentra con Andrew meses después en un bar y le invita una copa.

Fletcher, ya no está en una posición de poder. Incluso se le muestra sensible y derrotado. Es en ese contexto que le presenta a Andrew  su estricto código de conducta basado en la convicción. Fletcher cree fervientemente que para obtener la excelencia es necesario darlo todo y más. No importan los medios. Si es necesario maltratar, mentir y manipular y, eso logra la excelencia, entonces están plenamente justificadas estas acciones.

Al final, la película culmina con una apoteosis musical llena de virtuosismo y plenitud artística. Sin embargo, Chazelle es hábil en no proporcionarnos una resolución fácil de la que podamos derivar una 'lección'. Lo que si podría decirse es que tanto para Andrew como para Fletcher la música es algo más que una expresión artística. Es un modo de trascender para alcanzar la perfección. Y esa perfección requiere disciplina y altísimos sacrificios.

La música como herramienta

La música como elemento cultural busca generar y canalizar emociones; despertar sentimientos y servir como manifestación artística; tenemos diferentes aproximaciones acerca de que representa la música para nosotros. De ahí que los gustos musicales sean dispares y al mismo tiempo encontremos como la música puede unir a personas con diferentes intereses y personalidades. Por esta razón, se hace pertinente reflexionar acerca de como dos películas que giran en torno a un elemento común como la música, tengan orientaciones completamente diferentes en torno a lo que puede significar para cada uno. En el caso de Gretta y Dan la música significa redención; para Andrew y Fletcher, obsesión.