Qué hubiera pasado si... La importancia y riesgo de los contrafactuales

James Brogan: You forget your old life, you can't come back, you can't call, you can't write. You never look back. You make a new life for yourself and you live it, you hear me? You live your live the way it should have been. But maybe, this is dangerous, but maybe after a few years you send word to Naturelle. You get yourself a new family and you raise them right, you hear me? Give them a good life, Monty. Give them what they need. You have a son, maybe you name him James, it's a good strong name, and maybe one day years from now years after I'm dead and gone reunited with your dear ma, you gather your whole family around and tell them the truth, who you are, where you come from, you tell them the whole story. Then you ask them if they know how lucky there are to be there. It all came so close to never happening. This life came so close to never happening.

James Brogan: Te olvidas de tu vida anterior, no puedes regresar, no puedes llamar, no puedes escribir. Jamás mires atrás. Haces una nueva vida y la vives, ¿me escuchas? Vives la vida de la manera que debería haber sido. Incluso, es peligroso, pero tal vez después de unos años te comunicas con Naturelle. Construyes una nueva familia y los crías muy bien ¿me escuchas? Dales una buena vida Monty. Dales lo que necesitan. Tienes un hijo, quizá lo llames James, es buen nombre y quizá un día, tiempo después, años después de que esté muerto y me haya ido, te reúnes con tu querida madre, reúnes a toda la familia y les dices la verdad, quien eres, de dónde vienes; les dices toda la historia. Entonces les preguntas si saben lo afortunados que son de estar ahí. Lo cerca que estuvo de nunca suceder. Lo cerca que estuvo esta vida de nunca pasar

Sebastian: I thought you wanted me to do this, it just sounds like now you don't want me to do it.

Mia: What do you mean, I wanted you to do this?

Sebastian: This is what you wanted for me.

Mia: To be in this band?

Sebastian: To be in a band, to have a steady job, you know to be... you know.

Mia: Of course, I wanted you to have a steady job so that you could take care of yourself and your life and you could start your club.

Sebastian: Yeah, so I'm doing that, so I don't understand like why aren't we celebrating?

Mia: Why aren't you starting your club?

Sebastian: You said yourself no one wants to go that club. No one wants to go to a club called 'Chicken on a Stick.'

Mia: So change the name!

Sebastian: Well, no one likes jazz, not even you!

Mia: I do like jazz now because of you!

 

Sebastian: Pensé que querías que hiciera esto, ahora parece que no quieres que lo haga.

Mia: ¿Qué quieres decir con yo quería que lo hicieras?

Sebastian: Esto es lo que querías para mí.

Mia: ¿Estar en esta banda?

Sebastian: Estar en una banda, tener un empleo estable, tú sabes, ser… tú sabes.

Mia: Por supuesto, quería que tuvieras un trabajo estable para que pudieras hacerte cargo de ti mismo y tu vida y pudieras empezar tu club.

Sebastian: Si, eso es lo que estoy hacienda, así que no entiendo por qué no estamos celebrando.

Mia: ¿Por qué no estás formando tu propio club?

Sebastian: Tú misma dijiste que nadie quiere ir a ese club. Nadie quiere ir a un club llamado “Pollo en un palo”.

Mia: ¡Entonces cambia el nombre!

Sebastian: Bueno, a nadie le gusta el jazz, ¡Nisiquiera a ti!

Mia: ¡Ahora me gusta gracias a ti!

 

Los contrafactuales o el pensamiento contrafáctico se refiere a la comparación que se hace de una realidad con las alternativas potenciales, bien sea pasadas o futuras, iniciando con el típico “qué hubiera pasado si…” o “qué pasaría si…”

Constantemente, a pesar de no conocer este concepto, todos utilizamos contrafactuales cuando comparamos nuestra realidad con las diferentes alternativas pasadas que hubieran podido ocurrir si las decisiones hubieran sido diferentes; Así mismo, nuestras decisiones presentes están condicionadas por las diferentes alternativas futuras que ocurrirían de acuerdo a la decisión final que tomemos.

La aplicación de esta herramienta de pensamiento es útil para determinar diferentes cursos de acción basados en hechos pasados o, como nuestras decisiones presentes, impactarían el curso de acción futuro.

Por ejemplo, en el análisis histórico se utiliza para ver el desarrollo que hubiera tenido el mundo, si la Segunda Guerra Mundial la hubieran ganado los países del Eje (Alemania, Italia y Japón). En los negocios, los contrafactuales son utilizados para establecer las estrategias de negocio que funcionaron y que pueden ser aplicadas con éxito en el futuro, evaluando diferentes escenarios. A nivel personal los contrafactuales pueden ayudarnos a tomar decisiones, teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de situaciones similares del pasado.

Para mirar algunos de los mecanismos de funcionamiento de los contrafactuales, dos películas nos pueden ayudar como referencia.

La hora 25 (Spike Lee, 2002) narra la historia de Montgomery "Monty" Brogan (Edward Norton), relatando su último día antes de ingresar a prisión a cumplir una sentencia de 7 años por tráfico de estupefacientes. En ese último día, Monty trata de despedirse y aclarar las cosas con sus amigos Jacob (Phillip Seymour Hoffman) y Frank (Barry Pepper) y su novia Naturelle (Rosario Dawson). Al mismo tiempo busca encontrar a la persona que lo traicionó y delató con la policía. En esas últimas horas de libertad, Monty discute, pelea y se reconcilia con sus amigos y su novia, acepta su inexorable destino y decide al otro día, después de una golpiza provocada por él mismo y con el rostro completamente magullado, ir a cumplir su sentencia.

Su padre, James, un alcohólico en recuperación, tiene un bar gracias a la ayuda financiera de Monty y es quien se ofrece a llevarle a prisión a cumplir su condena. Durante el trayecto, James plantea un contrafactual a Monty; describe una visión alternativa en la que Monty logra escapar y después de mucho tiempo, conforma una familia en un pueblo pequeño. Esto le implica realizar sacrificios importantes y dejar atrás su pasado, pero la visión es tan idílica que logra transmitirnos a nosotros como espectadores lo maravillosa que sería tomar esa alternativa. Sin embargo, después caemos de bruces a la realidad cuando vemos que Monty y su padre se dirigen a la prisión.

Al final esas escenas eran simplemente una ilustración del pensamiento contrafáctico y cómo este puede cambiar nuestro estado de ánimo e incluso en algunas ocasiones, motivarnos a cambiar nuestras decisiones. El mérito de la cinta en esta escena es sacudirnos y mostrarnos que el pensamiento contrafáctico es un buen ejercicio creativo, pero al final es la realidad la que dicta la pauta de nuestro destino.

El enfoque de pensamiento contrafáctico es un poco diferente en La la land (Damien Chazelle, 2016). La cinta narra la historia de dos jóvenes que viven en Los Ángeles tratando de cumplir el sueño Hollywoodense de triunfar cada uno en su arte y bajo sus términos. Mía Dolan (Emma Stone), aspira a ser una actriz consagrada mientras trabaja en un café y asiste a frustrantes audiciones. Sebastian Wilder (Ryan Gosling) es un pianista de jazz que persigue una corriente cuasi ortodoxa de este género y convive con la frustración de que las expectativas del público musical contemporáneo son diametralmente opuestas.

En esa búsqueda de lo que cada uno de ellos entiende como éxito (para Mia ser una actriz consagrada y famosa; para Sebastian tener su propio club nocturno en el que pueda tocar el estilo de jazz que él quiere), se enamoran e inician una relación con altibajos. Sus caminos profesionales les impulsan de manera diferente, forzándolos a tomar decisiones que a la larga terminarán separándolos. Claramente no es una historia de amor, sino de avance profesional; con el sacrificio que implicó para el futuro conjunto de Mia y Sebastian, tomar las decisiones que tomaron. A veces, como lo plantea la película, amar implica también saber dejar ir.

El epílogo de la película es precisamente el planteamiento del contrafactual. Que hubiera pasado si…

Por aproximadamente 10 minutos nos muestran una realidad alternativa para los dos personajes. Una en la que logran permanecer juntos y cumplir simultáneamente sus objetivos profesionales. Una visión idílica en la que logran sus particulares sueños. Sin embargo, Chazelle nos lleva de bruces a la realidad cuando los dos personajes se despiden con su mirada; aceptan resignados que hay diferentes caminos hacia la felicidad y, el que escogieron, no contemplaba un futuro juntos.

 

Ambas películas nos ilustran el funcionamiento de los contrafactuales. Sin embargo, mientras La La Land se remite al pasado y hace la consabida pregunta “Qué hubiera pasado si…”, en este caso los personajes hubieran tomado una decisión distinta, en la Hora 25 la pregunta se orienta a “Que pasaría si…”, en el futuro de Monty, este decide no ir a prisión sino escapar y tomar una vida diferente, con las consecuencias que esto implicaría.

Los contrafactuales pueden ser una poderosa herramienta de pensamiento estratégico, pero también entrañan riesgos sino se utilizan correctamente. El riesgo del uso inadecuado de los contrafactuales, es que pueden generar arrepentimientos o dudas al volcar nuestros pensamientos en escenarios que no ocurrieron o que no sabemos si pasarán. Por ejemplo, en el caso de los contrafactuales que se orientan al pasado, cuando se utilizan excesivamente para realizar un contraste entre la realidad y lo que podría haber sido, pueden hacernos caer en emociones de lamento o frustración. De otro lado, el fijarnos obsesivamente en contrafactuales futuros, pueden conllevar a estados de ánimo de estrés y ansiedad, al no saber con certeza lo que realmente ocurrirá.

Al fin y al cabo los contrafactuales se nutren de la percepción y depende de cada uno de nosotros darle el enfoque adecuado. Por ejemplo, el pensamiento contrafactual ayuda a explicar porque en los juegos olímpicos, usualmente el medallista de bronce está más satisfecho que el medallista de plata con el resultado de la competencia. Mientras quien ganó la plata se concentra en lo cerca que estuvo de ganar el oro (Contrafactual hacia arriba), el de bronce piensan lo cerca que estuvo de no ganar nisiquiera una medalla (contrafactual hacia abajo). Es cuestión de enfoque.

Medalla de Plata - Juegos Olímpicos de 2012

Medalla de Plata - Juegos Olímpicos de 2012

Medalla de Bronce - Juegos Olímpicos de Invierno de 2014

Medalla de Bronce - Juegos Olímpicos de Invierno de 2014

La clave es comprender que los contrafactuales son una herramienta, pero al final vivimos en el presente. Lo que sucedió en el pasado dadas nuestras decisiones no puede ser cambiado, pero si aprendido. Así mismo, no podemos anticiparnos a lo que ocurrirá en el futuro. Lo que podemos hacer es tratar de tomar la mejor decisión posible dada nuestra experiencia y las lecciones aprendidas.